domingo, 30 de abril de 2017

¡Otros panes vendrán distintos a estos!


Que nadie se piense aquí que voy a sorprender con un plato brutal y súper currado  por mucha epifanía culinaria que haya tenido esta mañana. Lo que sí es cierto es que he conseguido vencer a mi principal adversaria en la cocina, la pereza. Así que esta entrada es en realidad, una manifestación de alegría :)

Mi padre siempre dice que me paso el día paciendo... y es cierto que me lanzo antes a un vegetal que a otra cosa. Me encanta probar cosas nuevas y maravillas que se pueden hacer con los productos de la huerta. Pero desgraciadamente esas maravillas nunca han salido de mi cocina y aunque adoro todo lo verde, es cierto que llega a aburrir comer siempre lo mismo, a pesar de poder disfrutar de una gran variedad de productos y, además, muy buenos.

Mis verduras y hortalizas vienen de la Huerta la Figal, lo que garantiza que estarán deliciosas, pero al final a la hora de comer, siempre he tirado hacia lo mismo, sinónimo de fácil y rápido. Pero ayer estuve en el Taller de panes mentirosos organizado por La Cierva Verde y Granel Gijón y salí encantada por varios motivos: se puede cocinar y comer sano de una forma sencilla, variada, original y rica. Cosa que ya sabía, es cierto, porque tengo muchxs amigxs que cocinan así y muy bien.

Como no tenía los ingredientes para hacer ninguna de las recetas de ayer, pensé aprovechar ese momento de entusiasmo y echar imaginación al asunto aprovechando lo que tenía por casa... Bien, la idea era hacer un pan de acelgas, con harina de garbanzos, al que añadí sal, un poco de bicarbonato, comino y aceite (variedad Picual, siempre, porque creo que es una delicia de Dioses). No mucho como podéis ver... Ah!! Uno de los grandes misterios que encuentro en la cocina es el tema de las cantidades. Sólo puedo decir que hoy me guié por el una pizquita de esto, dos puñados de lo otro...

Creo que a los diez minutos me di cuenta de que lo del pan iba a ser que no... En otro momento me pondré a indagar el porqué, pero como también quería hacer un alioli de zanahorias, pensé que unas crackers eran perfectas (en realidad no me quedaba otra).


He aquí el resultado:





Cierto, la presentación me la podía haber currado más pero es lo que hay. De hecho no tenía ni una mísera ramita de perejil, así que recurrí al romero que le compré a una señorina en el Campillín y que queda estupendo.

Ventajas del asunto:

Es súper rápido, fácil y sano.
No manchas casi nada.
Es sanísimo.
Está muy rico!!

PD. Para quienes tenéis peques en casa rescato un consejo de la profe de ayer (y os lo dice una que escupía el puré de verdura y ahora come la rúcula como si fueran pipas) Es una buena forma de acercar a los nenos y nenas a la verdura. Amasando y haciendo formas variadas para el pan con moldes de galleta seguro que les flipa. Además, si utilizáis remolacha o zanahoria en las recetas los resultados serán mejores. Porque si mola comer un pan verde, comer uno rosa o naranja ya será lo más.

:)


lunes, 17 de abril de 2017

Las cosas sencillas








Leía hace tiempo que "uno nace en Castilla y la cigüeña que le trae ya viene con un background de campanarios altos y vistas de adobe, de atardeceres extendidos color ladrillo y de castañas pilongas y reciedumbre feliz de brasero"

Porque es siempre ese detalle, ese sonido suave y constante.
Ese lugar que llama a la contemplación.


sábado, 18 de marzo de 2017

When the darkness rises






"Bebe vino, esta es la vida eterna.
Es cuanto te otorgará la juventud,
es la estación del vino, las rosas y los amigos borrachos.
Sé feliz por este momento, 
este momento es tu vida".
(Omar Jayyam)